miércoles, 16 de junio de 2010

Iberolacto: De fábrica láctea a cooperativa de viviendas


En 30 años nadie en Allariz (Orense) había planteado una propuesta para recuperar el uso de las viejas instalaciones de la fábrica de leche Iberolacto, y sus solares contiguos llevan tres décadas en desuso. Ahora, en plena crisis inmobiliaria, la antigua fábrica de leche del próspero municipio gallego se rehabilitará gracias a una cooperativa de viviendas de protección autonómica.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo del gobierno local, planea la construcción de 84 viviendas, que contará con más de 14.000 metros cuadrados de zonas verdes. En paralelo, el Concello, propietario por cesión de una parcela de 8.000 metros cuadrados que incluye la vieja factoría, emprenderá la restauración de la nave industrial, considerada bien de interés industrial, para dedicarla a fines sociales.

La génesis del proyecto, promovido por la firma Enclave Galicia, se remonta a 2006, año en el que se iniciaron las negociaciones con los dirigentes municipales. "Nos decantamos por el modelo cooperativista por considerar que tendría más posibilidades de adaptarse a las posibilidades de los compradores", explica Pedro Ramos uno de sus responsables.
La antigua planta de Iberolacto vivió su época de mayor actividad en la década de los sesentaLa propuesta convenció al Gobierno municipal, que destaca la calidad de edificación del proyecto y su localización privilegiada junto a la vieja fábrica, declarada de interés cultura por su singular arquitectura industrial. "Nos pareció una propuesta diferente que encajaba con las políticas sociales del Concello, y que permitirá ampliar la oferta de equipamientos para la comunidad", asegura el alcalde, el nacionalista Francisco García.
La antigua planta de Iberolacto vivió su época de mayor actividad en la década de los sesenta, cuando era el destino de la leche procedente de las numerosas granjas de la comarca. Los cambios empresariales en el sector y la disminución de la actividad ganadera llevarían a su cierre en los años ochenta. En desuso desde entonces, ahora el recinto se recuperará para dedicarse a usos cívicos.

El Concello planea una intervención similar a la ya realizada en las abandonadas fábricas de curtidos y los viejos molinos situados a orillas del río Arnoia, hoy dedicados a fines culturales, deportivos, comerciales y de ocio. La corporación municipal estudia actualmente el destino definitivo de la nave de Iberolacto, para la que se barajan diferentes posibilidades, incluida una pista de patinaje.

Las ventajas económicas

Los impulsores de la urbanización destacan las ventajas económicas de conjugar la protección autonómica con el modelo cooperativista, que permite a los socios ahorrar los márgenes comerciales de una promoción convencional.

Según explica Ramos, los propietarios podrán beneficiarse tanto de las ayudas por vivienda protegida como de diferentes subvenciones disponibles para los promotores. Entre ambas, el importe total puede situarse entre 20.000 y 30.000 euros, asegura. El proceso de negociación con diferentes constructoras para conseguir el mejor precio está actualmente en marcha, así como la captación de socios. Hasta el momento, indica Ramos, ya ha firmado alrededor de un 30% de los necesarios para esta primera fase.

En cuanto el número de miembros alcance el 80% se podrá iniciar el proceso de construcciónSe espera que en cuanto el número de miembros alcance el 80% se podrá iniciar el proceso de construcción. A partir de entonces, se baraja un plazo de entre 18 y 24 meses para la edificación de la urbanización.
Una inmobiliaria de Ourense se encarga desde hace pocos meses de la labor comercial. "Se están interesando principalmente gente joven, que busca acceder a su primera vivienda", señala Ramos. Los interesados deben tener unos ingresos anuales inferiores a 39.000 euros y realizar una aportación inicial de unos 30.000 euros. El resto lo abonarán tras la entrega de la vivienda, según los plazos acordados en la compra.
Atípico por su crecimiento

Allariz, con alrededor de 5.400 habitantes, es un raro ejemplo en el rural gallego de aumento sostenido de población. En los últimos años, más de un millar de personas se empadronaron en el municipio, que ha conseguido frenar la brusca caída de población experimentada en la década de los 70.
Tras estas cifras, se encuentra una política territorial y urbanística que ha servido para atraer a nuevos residentes, procedentes principalmente de Ourense. La recuperación del casco histórico y del entorno del río Arnoia le valió al ayuntamiento un premio europeo en 1994. Una década después, se integraría en la red de reservas de biosfera de la Unesco, un reconocimiento a las buenas prácticas en la relación del hombre con el entorno.


Recreación del proyecto.

El alcalde reconoce que la actual crisis económica también está afectando al municipio, principalmente en el sector de vivienda colectiva. Sin embargo, insiste en su apuesta por continuar con un crecimiento sostenible. "Creemos que el sector tiene posibilidades de futuro y buscamos un crecimiento equilibrado de la oferta", asegura. (María Fernández - El Mundo – España)

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